El Universal"En Venezuela, desde hace mucho tiempo, los valores han sido sustituidos por antivalores"
Hace un par de meses tuve el privilegio de asistir al evento que por tercera vez y con gran éxito organiza Banesco, Palabras para Venezuela, por invitación de Alcides Cayama, mi amigo de toda la vida.
Derek Walcott, Premio Nobel de Literatura 1992, leyó fragmentos de sus poemas, que reflejan el dolor y las esperanzas, las angustias y los sueños, los desencantos y los aprendizajes de los caribeños descendientes de los esclavos de raza negra.
Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006, relató cómo creó el Grameen Bank en uno de los países que tiene mayor índice de pobreza en el mundo: Bangladesh, y que representa un hito en la erradicación de la pobreza en el mundo.
Ambos hablaron de los valores de la dignidad, el trabajo, la palabra, el compromiso, la honestidad. Yunus fue enfático en asegurar que el éxito de su banco ha sido, precisamente, confiar en la gente. Que la gente por naturaleza es buena, y que en condiciones extremas, lo que necesita es apoyo para salir adelante. Y contundentemente afirmó que él daba créditos, jamás limosnas.
Inmediatamente pensé en Venezuela. Si en Bangladesh han podido, ¿por qué no nosotros?... La iniciativa de Yunus fue personal. Aquí está el mismo Banesco. También Bangente, excelente iniciativa que dirige Juan Uslar. Un número importante de bancos del Estado están concebidos para hacer lo mismo. Yunus ha visto resultados casi de manera inmediata, ¿por qué no nosotros, si no estamos tan mal como ellos?...
Llegué a la conclusión de que la otra cara de la iniciativa tiene que estar sustentada en valores... Y en Venezuela desde hace ya mucho tiempo, a todo nivel y por desgracia, los valores han venido siendo sustituidos por antivalores. Por ejemplo, los buenos estudiantes antes eran vistos con admiración. Hoy son objeto de burla, son "gallos".
Antes la palabra tenía el valor de un contrato firmado. Hoy, es asunto olvidado. Y ni hablar de la corrupción. Aquí la corrupción pareciera ser problema sólo cuando no hay para todos.
Hace poco, el Rabino Pynchas Brener, presidente de la Fundación Conciencia Activa, dijo que la crisis en Venezuela no era política ni económica ni siquiera social, sino moral. Y mientras no se resuelva esa crisis moral, me temo que a esas palabras maravillosas se las seguirá llevando el viento.
cjaimesbranger@gmail.com
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