Allí estaba, rodeado de familiares llorosos, de amigos que brindaban con anís por él y de decenas de conductores que gritaban a un tiempo "¡Justicia, justicia!". El minuto de silencio fue absoluto. A la sombra del distribuidor La Araña, en la vía a La Guaira en la autopista Francisco Fajardo, compañeros, familiares y la comunidad de Caricuao dejaron el ataúd de Servio José Silva en la vía para homenajearlo y protestar por su muerte.La sed de justicia obligó a los compañeros de Silva, de 44 años, quien fue asesinado la mañana del viernes por una pareja que abordó su unidad colectiva, en la carretera vieja Caracas-Los Teques, a trancar la arteria vial para reclamar seguridad, ya que entre 10 y 15 autobuses son asaltados a diario en la zona.
76 unidades de transporte público, pertenecientes a las 26 líneas de Caricuao, apoyadas por la Central Única de Autos Libres y por Puesto, participaron en la medida que se extendió hasta pasadas las 2:00 de la tarde.
"Queremos seguridad y exigimos dotación de las policías para que puedan controlar el hampa. Ya estamos cansados de que sigan matando a los padres de familia", refirió con dolor el hermano de la víctima, Reinaldo Silva, quien indicó que sus cinco sobrinos quedaron sin el padre ejemplar y trabajador.
La protesta se extendió por más de tres horas generando un colapso total de la ciudad, mientras los funcionarios de la PM resguardaban el acto.
Algunos conductores intentaron atravesar la tranca cuando liberaron un canal, con sentido oeste, pero fueron agredidos por un grupo de hombres que controlaban el tráfico, además de tres mujeres, quienes con Biblia en mano pedían justicia divina y respeto por el caído. "No dejen que nadie pase. Debemos apoyar la medida para que llegue la seguridad terrenal y divina", decían.
"La protesta se mantendrá hasta que las autoridades decidan ofrecer un mejor plan de seguridad. No es justo que tengamos que actuar de esta manera para que nos presten atención", dijo Pablo Zambrano, habitante del Caricuao, quien además solicitó la presencia de la Guardia Nacional, ya que considera que la Policía "no cumple sus funciones preventivas y cobra vacunas cuando detienen a un delincuente y no investigan los ajustes de cuenta, por lo que sigue matando hasta que lo matan a él", explicó Zambrano.
Pasadas dos horas de paralización y tras los rezos colectivos, la caravana funeral partió hacia el Cementerio General del Sur, donde le dieron el último adiós a Silva. Las cornetas y el llanto se apoderaron del lugar y sus compañeros de trabajo juraron mantenerse en pie de lucha en contra del hampa.
José Luis Montoya, representante del gremio, indicó que el próximo martes se reunirán con las autoridades policiales para buscar soluciones al problema de la inseguridad. "La asamblea general se realizará en el Nuevo Circo, a las 9:00 de la mañana, y esperamos que todas las líneas y comunidades asistan para apoyarnos", dijo.
El UNiversal
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