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sábado, 27 de septiembre de 2008

Irak y la crisis financiera centran en primer debate entre Obama y McCain


Los dos candidatos a la presidencia de EE UU se aferran a sus mensajes de cabecera: Obama se presenta como el cambio, mientras que McCain destaca su experiencia

El primer debate entre los candidatos a la presidencia de EE UU, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, se ha centrado en la guerra de Irak y, cómo no, sobre la crisis económica que mantiene a EE UU al borde del ataque de nervios. Ninguno de los dos ha querido arriesgar, por lo que los medios hablan de empate entre los candidatos, sin aciertos importante y sin errores de bulto. El demócrata ha tratado en todo momento de vincular a McCain con George W. Bush y su política, presentándose como el portador del cambio, mientras que McCain ha insistido en la falta de experiencia de su contrincante en la esfera internacional, en teoría sobre lo que debía centrarse este primer debate, celebrado en la universidad de Mississipi.

El primer cara a cara entre los dos aspirantes a la Casa Blanca en la Universidad de Misisipi ha ofrecido poco espectáculo. A cambio, ambos aspirantes a la presidencia han ofrecido profundidad en el tratamiento de los asuntos y un tono profesional, sin gestos traicioneros ni errores garrafales. Al final, según las primeras observaciones de la prensa, el debate ha terminado en empate, aunque habrá que esperar a ver qué dicen las encuestas.
Obama ha buscado en todo momento vincular a su contrincante con las políticas fallidas del actual presidente, George W. Bush. Enfrente, McCain ha tratado de dejar claro que su oponente carece de su larga trayectoria y del conocimiento de los temas sobre el terreno.
La crisis ocupa los primeros minutos
El moderador, el periodista de la televisión pública Jim Lehrer, ha abierto el debate con preguntas sobre la crisis financiera en EEUU. Obama ha aprovechado la ocasión para culpar del desaguisado a los "ocho años de políticas fallidas" de Bush, que, insistió, ha apoyado John McCain.
McCain, mientras tanto, ha tratado de distanciarse de su propio partido al destacar que varios de sus correligionarios están ahora en prisión por cargos de corrupción relacionados con las partidas especiales en los proyectos de ley del Congreso. "Lo primero que debemos hacer es controlar el gasto en Washington. Está completamente fuera de control", dijo.
Cuando el debate se ha avanzado hacia el tema de los impuestos, un asunto crítico para los votantes, se ha producido un acalorado intercambio dialéctico. En este, Obama se ha presentado como el defensor de la clase media, afirmando que recortaría los impuestos a los que ganan menos de 250.000 dólares anuales (170.000 euros), el 95% de la población.
McCain, por su parte, ha acusado a su rival de querer aumentar los impuestos; en particular, a las empresas que, según él, ya padecen algunas de las cargas fiscales más altas del mundo.
Divergencias sobre Irak
En política internacional, la guerra de Irak fue la gran protagnista de la jornada. El senador demócrata se ha opuesto a la contienda desde el principio, cuando era candidato al Senado. McCain la apoyó pero fue uno de los principales defensores de la decisión de la Casa Blanca de cambiar de estrategia en el 2007, un cambio que, finalmente, implicó el envío de más tropas aunque ha permitido una mejora de la situación en el país árabe.
"Esta estrategia ha resultado, estamos ganando en Irak", ha asegurado McCain. Para el senador por Arizona, Irak se convertirá en "un aliado estable en la región y una joven democracia". Pero Obama ha contraatacado: "La primera pregunta es si debimos de haber participado en esta guerra para empezar. Tenemos que utilizar nuestro ejército de forma sabia y no lo hicimos en Irak". McCain ha acusado entonces a su rival de mirar hacia el pasado, al aducir que esos no son los desafíos que tendrá que afrontar el próximo presidente.
En cuanto a Afganistán, ambos se han mostrado de acuerdo en la necesidad de enviar más tropas, aunque han diferido en la estrategia a seguir. Obama se ha mostrado partidario de presionar al Gobierno afgano para "trabajar en favor de los suyos" y para que haga frente al tráfico de opio, una de las principales fuentes de financiación del movimiento talibán, que resurge en el sur del país, y de Al Qaeda.
Además, el candidato demócrata ha señalado que presionaría a Pakistán para que haga frente al santuario que ha encontrado Al Qaeda, según él, en las áreas tribales del noreste de ese país. Por su parte, McCain ha afirmado que no está dispuesto a amenazar a Pakistán con retirar la ayuda bilateral.
"Tenemos que ayudar a la gente de Pakistán" para lograr su colaboración, ha sostenido el candidato republicano, quien ha acusado a Obama de amenazar con atacar ese país. La estrategia a seguir, a su juicio, es similar a la que propone para Irak: "Lograr el apoyo de la gente" en Afganistán y Pakistán.
Obama recuerda el desliz de McCain sobre Zapatero
Por último, Obama ha defendido su derecho a sentarse a negociar con líderes de países hostiles como Irán, Venezuela o Cuba y ha asegurado que la estrategia de no dialogar ha resultado un fracaso. El senador por Illinois ha reprochado entonces a McCain que dijera en una entrevista hace unos días que no sabe si se reuniría con el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
Otro de los momentos más destacados ha llegado cuando McCain ha acusado a su contendiente, Barack Obama, de "ingenuidad" en su política hacia Rusia. Rusia, ha dicho McCain, es un país que "cometió una grave agresión" contra un país vecino independiente, Georgia, y que se encuentra bajo el control del KGB -los servicios secretos- "y del apparatchik", funcionarios del antiguo régimen comunista.

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