
MANAOS, Brasil (Reuters) - El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo el martes que en los próximos días resolverá si puede regresar a su país la constructora brasileña Odebrecht, expulsada hace una semana por negarse a pagar compensaciones por fallas técnicas en una hidroeléctrica.
Correa, luego de entrevistarse con su colega Luiz Inácio Lula da Silva en la ciudad amazónica brasileña de Manaos, informó que Odebrecht aceptó las exigencias del Gobierno ecuatoriano para que siga operando en la nación andina.
"La decisión se mantiene. Odebrecht está fuera del país", declaró el mandatario a periodistas, indicando que en los próximos días se tomará una decisión final sobre el caso.
"Nosotros no estamos negociando, estamos exigiendo justicia y que se cumplan estrictamente los derechos del país", agregó.
Ecuador expulsó a la constructora el 23 de septiembre y envió a militares para tomar las obras que le había adjudicado el Estado, valuadas en 800 millones de dólares.
La decisión siguió a una negativa de Odebrecht de pagar compensaciones por daños técnicos en una represa hidroeléctrica, que provocaron millonarias pérdidas.
Correa amenazó incluso, posteriormente, con cesar el pago de un préstamo de 200 millones de dólares del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, vinculado a las obras de la constructora.
El mandatario ecuatoriano dijo que Lula trató el tema en Manaos con respeto, por considerar que involucra a una empresa privada y a un gobierno extranjero.
Previamente, el canciller brasileño, Celso Amorim, indicó que la información de que Odebrecht habría enviado una carta a Ecuador aceptando sus condiciones llevó al Gobierno de Brasil a aguardar la evolución del caso.
Correa, luego de entrevistarse con su colega Luiz Inácio Lula da Silva en la ciudad amazónica brasileña de Manaos, informó que Odebrecht aceptó las exigencias del Gobierno ecuatoriano para que siga operando en la nación andina.
"La decisión se mantiene. Odebrecht está fuera del país", declaró el mandatario a periodistas, indicando que en los próximos días se tomará una decisión final sobre el caso.
"Nosotros no estamos negociando, estamos exigiendo justicia y que se cumplan estrictamente los derechos del país", agregó.
Ecuador expulsó a la constructora el 23 de septiembre y envió a militares para tomar las obras que le había adjudicado el Estado, valuadas en 800 millones de dólares.
La decisión siguió a una negativa de Odebrecht de pagar compensaciones por daños técnicos en una represa hidroeléctrica, que provocaron millonarias pérdidas.
Correa amenazó incluso, posteriormente, con cesar el pago de un préstamo de 200 millones de dólares del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, vinculado a las obras de la constructora.
El mandatario ecuatoriano dijo que Lula trató el tema en Manaos con respeto, por considerar que involucra a una empresa privada y a un gobierno extranjero.
Previamente, el canciller brasileño, Celso Amorim, indicó que la información de que Odebrecht habría enviado una carta a Ecuador aceptando sus condiciones llevó al Gobierno de Brasil a aguardar la evolución del caso.
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