Caracas.- La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, anunció que hay cuatro órdenes de captura contra igual número de funcionarios del Cicpc, por la muerte en los calabozos de detenciòn de El Rosal de Williams Nazareth Pérez, de 27 años de edad, Pedro Cipriano Rivero, de 32, y Rubén Arnal, de 33, todos los cuales permanecían en el calabozo 1, luego de haber sido detenidos en el marco de la "Operación Cangrejo", la semana pasada.
Dos de los funcionarios del Cicpc ya se encuentran detenidos. Son el detective Ever Rondón y el agente Alfredo Suárez Piñate, mientras Rafael Caicedo, jefe de Capturas del Cicpc, se encuentra prófugo, al igual que otro funcionario del Cicpc que no fue identificado para evitar que se fugue, señaló la representante de la vindicta pública.
Caicedo había sido transferido luego de las muertes, ocurridas el jueves, a la jefatura del Cicpc en la subdelegación Valles del Tuy. Ortega tampoco se pronunció sobre este movimiento, señalando que es una potestad interna del Cicpc disponer del trabajo que deben realizar sus funcionarios.
Los delitos que la Fiscalía les imputan son Tratos Crueles, Quebrantamiento de Tratados Internacionales y Omisión del Socorro, señaló Ortega Díaz.
Ortega señaló que el Ministerio Público ha solicitado diligencias y realizado entrevistas con ocho personas detenidas en la División de Capturas. Además ha recabado videos de seguridad del local y han solicitado información al Domingo Luciani y al Centro Salud Chacao, donde llegaron varios detenidos.
La fiscal también ordenó la exhumación de los cadáveres de los detenidos fallecidos. "La política del Estado venezolano es la preeminencia de los Derechos Humanos", afirmó Ortega.
Tras la muerte de Nazareth y Rivero, en los propios calabozos, y de Arnal, en el hospital Domingo Luciani (al cual fue llevado con politraumatismos), los familiares denunciaron maltratos y hechos de corrupción en la División de Capturas, donde había 315 detenidos en tres celdas: Dos de 7x7 metros, y una de 15x5.
Luego de los hechos, el subdirector del Cicpc, Alvis Pinto, afirmó que Nazareth y Rivero habían muerto por "un ataque de ansiedad producto de la privación de drogas, porque eran consumidores de drogas", mientras que Arnal había fallecido por un tumulto dentro de la celda. Los familiares de este fallecido explicaron que era epiléptico, y que por lo tanto, debía estar aislado del resto de los detenidos.
Denuncias de los familiares de los detenidos señalaron que en la División de Capturas hay corrupción, y tratos especiales para aquellos que pagan, y logran estar en sitios en los que no hay hacinamiento.

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