Emergencia en la faja
La última semana nos ha traído dos noticias notables del ámbito petrolero, relacionadas entre sí. La primera es que por sexta vez se ha modificado a la baja la meta de producción y se ha pospuesto la fecha de los planes para alcanzarla.
En el año 2005 Pdvsa anunció el Plan Siembra Petrolera, según el cual estaría produciendo en 2012 cerca de 6 millones de barriles diarios de crudo. Desde entonces, se ha reducido la cantidad varias veces y se ha alejado la fecha, mientras seguimos produciendo lo mismo que hace 6 años.
El último plan se llama Tricolor y establece colocar la producción en 4 millones de barriles diarios para 2015. Lo anunció el ministro Ramírez el día del cumpleaños del Presidente y, en una muestra de su capacidad infinita de adulancia, le puso el nombre 28 de Julio a la primera unidad productiva del nuevo programa, en homenaje al primer mandatario.
Y como demostración de su también infinita torpeza, dijo que el nombre era una expresión "de nuestro corazón rojo, rojito", cuando simultáneamente el Presidente declaraba que ese color ya no estaba de moda. No se mencionó si la meta petrolera se alcanzaría antes o después de que se construyan los dos millones de casas de la Misión Vivienda. Pero alguien vio que al ministro le crecía la nariz, como a Pinocho.
La segunda noticia es que Pdvsa declaró a la Faja del Orinoco en "emergencia operacional", lo que le permite asignar contratos sin realizar las licitaciones que prescribe la ley, lo cual tendría como finalidad acelerar la extracción de crudo. Visto con otros ojos también permite dar los contratos a socios, allegados o cómplices aunque su oferta no sea la más conveniente.
Según explican los expertos, la emergencia se produce porque los contratistas serios no quieren trabajar para la empresa estatal petrolera debido a que se ha convertido en "mala paga". Tanto, que acumuló durante 2010 una deuda record de 10.902 millones de dólares con sus proveedores. De manera que ahora se vería en la necesidad de negociar, en vez de licitar, para rogarle a los suplidores que trabajen para ella.
Según declaró el presidente de la Asociación Venezolana de Contratistas, las firmas que se siguen arriesgando a prestar servicios a Pdvsa suelen fijar elevados precios de entrada o exigir pagos por adelantado para evitar pérdidas. Por su parte, el ministro Ramírez dijo a los periodistas: "Estamos regularizando todas nuestras cosas, buscando esquemas para que sigan trabajando con nosotros", lo que admite la renuencia de los proveedores e implica que hasta ahora "las cosas" no han sido regulares.
Ambas noticias son una demostración palpable de la ineptitud con que este gobierno ha manejado nuestra principal riqueza y de la improvisación que reina en Pdvsa, empezando por su presidente y también ministro de petróleo, quien dedica más tiempo a adorar al jefe de la causa que a trabajar en las tareas para las cuales fue designado.
En el año 2005 Pdvsa anunció el Plan Siembra Petrolera, según el cual estaría produciendo en 2012 cerca de 6 millones de barriles diarios de crudo. Desde entonces, se ha reducido la cantidad varias veces y se ha alejado la fecha, mientras seguimos produciendo lo mismo que hace 6 años.
El último plan se llama Tricolor y establece colocar la producción en 4 millones de barriles diarios para 2015. Lo anunció el ministro Ramírez el día del cumpleaños del Presidente y, en una muestra de su capacidad infinita de adulancia, le puso el nombre 28 de Julio a la primera unidad productiva del nuevo programa, en homenaje al primer mandatario.
Y como demostración de su también infinita torpeza, dijo que el nombre era una expresión "de nuestro corazón rojo, rojito", cuando simultáneamente el Presidente declaraba que ese color ya no estaba de moda. No se mencionó si la meta petrolera se alcanzaría antes o después de que se construyan los dos millones de casas de la Misión Vivienda. Pero alguien vio que al ministro le crecía la nariz, como a Pinocho.
La segunda noticia es que Pdvsa declaró a la Faja del Orinoco en "emergencia operacional", lo que le permite asignar contratos sin realizar las licitaciones que prescribe la ley, lo cual tendría como finalidad acelerar la extracción de crudo. Visto con otros ojos también permite dar los contratos a socios, allegados o cómplices aunque su oferta no sea la más conveniente.
Según explican los expertos, la emergencia se produce porque los contratistas serios no quieren trabajar para la empresa estatal petrolera debido a que se ha convertido en "mala paga". Tanto, que acumuló durante 2010 una deuda record de 10.902 millones de dólares con sus proveedores. De manera que ahora se vería en la necesidad de negociar, en vez de licitar, para rogarle a los suplidores que trabajen para ella.
Según declaró el presidente de la Asociación Venezolana de Contratistas, las firmas que se siguen arriesgando a prestar servicios a Pdvsa suelen fijar elevados precios de entrada o exigir pagos por adelantado para evitar pérdidas. Por su parte, el ministro Ramírez dijo a los periodistas: "Estamos regularizando todas nuestras cosas, buscando esquemas para que sigan trabajando con nosotros", lo que admite la renuencia de los proveedores e implica que hasta ahora "las cosas" no han sido regulares.
Ambas noticias son una demostración palpable de la ineptitud con que este gobierno ha manejado nuestra principal riqueza y de la improvisación que reina en Pdvsa, empezando por su presidente y también ministro de petróleo, quien dedica más tiempo a adorar al jefe de la causa que a trabajar en las tareas para las cuales fue designado.

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