Y aunque por acontecimientos extraordinarios en
el mundo de la política, la opinión de los electores puede variar días antes y
hasta en el momento de votar, la crisis económica y social que atraviesa el
país, como consecuencia de políticas equivocadas aprobadas y puestas en
ejecución por el gobierno, ha
desengañado a millones de venezolanos, que en principio apoyaron a Hugo
Chávez, y ya no creen en sus nuevas promesas, ni que decidiera cambiar esas
políticas, como para que reconsideren su
decisión de sufragar por la oposición. Incluso la defensa del voto, garantía
ineludible para coronar la victoria, ha pasado a formar parte de la conciencia
del ciudadano, dispuesto a vivir en libertad y no en la cárcel y en la miseria
del comunismo cubano, hacia donde se orienta la política del Comandante
Presidente.
Todo
indica que estamos frente a un cambio importante del pensamiento y voluntad del
electorado ante los resultados de la administración pública de Hugo Chávez y de
su equipo, señalado como el más corrupto e incapaz, salvo excepciones, que se
conozca en la historia desde siglo XX venezolano, al establecer la más
elemental comparación con las obras públicas realizadas y con la cantidad de
millones de dólares que han ingresado al Tesoro Nacional por la renta
petrolera.
De
allí que después de la derrota del chavismo en los estados: Táchira, Miranda,
Zulia, Nueva Esparta, Distrito Capital, Carabobo, Mérida, Lara y Anzoátegui,
que representa más del 50% del electorado nacional, esa correlación es factible
que se preserve hasta el 2012. Y si bien no es recomendable cantar victoria antes de la fecha que fije el
Consejo Nacional Elctoral, lo cierto es que la oposición al gobierno de Hugo
Chávez se encuentra unida, como en ningún otro momento de las múltiples veces
en las que participó en elecciones, durante este ya moribundo período chavista,
y mejor preparada para derrotar el ventajismo y el abuso gubernamental, y el
miedo que trata de meterle a la población con sus amenazas y bravatas el
Comandante Presidente y 3 ó 4 altos oficiales militantes del comunismo Castro
chavista, como último recurso para que la
mayoría no vaya a votar.
La
incapacidad de Chávez y su equipo gobernante para administrar la hacienda pública
y el hampa desbordada, son indicadores de que el país requiere de un nuevo Jefe de Estado en 2012.
En
estas circunstancias la derrota del chavismo, aunque no esté decretada, puede
ser una realidad si la oposición acierta a la hora de escoger los candidatos a la Presidencia de la República , a las
gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes, que no sólo representen a los
partidos políticos y otros integrantes
de la Mesa de la Unidad (MUD), sino también
a importantes sectores independientes que constituyen una evidente mayoría y
que aspiran verse representados tanto en los candidatos como en sus programas
de gobierno, para lo cual deben privar la sensatez, el verdadero interés por un
cambio y no los deseos o proyectos personales, por muy legítimos que estos
sean.
Y
aunque Hugo Chávez regresó amenazando a
la oposición de investigarla por una supuesta conspiración, que desde que el General Muller Rojas lo alertó sobre el
nido de alacranes que lo rodea, en el mundo político se sabe, y sobre todo lo
conoce Fidel Castro por las informaciones del G-2 que actúa en nuestro país,
que los conspiradores están en las entrañas del chavismo, en posiciones que el
propio Chávez les ha asignado, pero que temen por la muerte del Presidente y
les aterra quedar fuera del poder, llamados por la justicia nacional e
internacional a rendir cuentas sobre reales o supuestos delitos de lesa
humanidad de los que se les señalan. Prueba de ello es que la Alternativa
Democrática está comprometida y participando activamente en
unas elecciones primarias para escoger sus candidatos, mientras el gobierno le
prohíbe al CNE que fije el cronograma electoral, no sólo porque saben que están
derrotados en el 2012, sino también porque tratan de crear condiciones para que
no se realicen las elecciones, y si no las pueden evitar, intentar desconocer
el resultado mediante un pronunciamiento o golpe militar , tal como lo han
afirmado 4 altos oficiales del Ejército, para que Chávez siga en el poder.
Cualquier analista político nacional o
internacional puede observar con clara objetividad que la oposición está
inmersa en un proceso electoral interno, de cara al país y al mundo, y que el
chavismo no sólo no habla de elecciones, sino que como lo afirmara Adán Chávez
se preparan para la lucha armada, que evidentemente debe ser entre ellos, entre
quienes pretenden heredar el poder si el Presidente desaparece del escenario
político, por muerte o incapacidad física para enfrentar unos comicios
electorales, que puede ganar la Alternativa Democrática.
El clima de tensión política que ha creado Hugo Chávez y algunos de sus
voceros civiles y militares incondicionales del Castro chavismo, es un
indicador del nerviosismo y del terror que crea en sus herederos, la posible
falta del jefe único, que no tiene sustituto porque como todo autócrata no
creyó necesario prepararlo. De allí que la Mesa de la Unidad (MUD) confía que tanto Chávez, si puede
participar en las elecciones, como el chavismo,
si intenta desconocer los resultados electorales, serán derrotados, el primero
por el voto mayoritario de los venezolanos, y en el segundo caso por la mayoría
de la oficialidad institucionalista de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB) que hará respetar la Constitución
Nacional vigente.
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