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domingo, 11 de noviembre de 2012

Gestión de empresas estatales está marcada por la ineficiencia

Chávez promete "mano de hierro" e inspecciones ante la falta de resultados

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En pleno tránsito hacia el segundo plan socialista y tras catorce años en el poder, el Presidente de la República promete "mano de hierro" contra la ineficiencia en la empresas estatales.

La razón: el fracaso de buena parte de los proyectos emprendidos por el Ejecutivo nacional en los últimos años. El pasado lunes el primer mandatario reconoció que la fábrica de helados Copelia, inaugurada dos semanas antes, no funcionaba.

"Yo recuerdo que hice el pase, hicimos el pase y comimos helado ¡hasta Fidel (Castro) me mandó un mensaje!", expresó un incrédulo Hugo Chávez.

Falta de materia prima y la avería de una máquina frustraron en apenas días el incipiente proyecto. "Y si se va a inaugurar una fábrica ¿Cómo es que nadie pensó en la materia prima? Tú la vas a inaugurar para un día".

En su alocución, Chávez reconoció que "no es la primera vez que eso ocurre" y citaba el caso de una procesadora de leche, un hato expropiado en la región de los llanos y una procesadora de maíz en Cojedes. "Ahora, aquí Nicolás (Maduro) ¡mano de hierro! Hay que determinar responsabilidades".

Pero la lista de planes fallidos no se detiene en los enumerados por el Presidente de la República. Una revisión somera a los resultados de algunas compañías estatales, comprueba que el descalabro se repite.

La empresa La Gaviota, ubicada en el estado Sucre, apenas produce entre 80 y 100 latas de sardinas diarias tres años después de la toma de control por parte del Gobierno, según informó José Antonio García, directivo de la Unión Regional Trabajadores Sucre.

La compañía tiene capacidad para procesar hasta 60 toneladas diarias de sardinas y 4 de pepitonas, pero García destacó que hay rezago de precios y que carecen de envases, materia prima e inversión en tecnología. En su momento, tanto el Presidente de la República como el ex ministro de Comercio, Eduardo Samán, citaban el caso de La Gaviota como un ejemplo a seguir.

"Ha renacido La Gaviota produciendo sardinas de las buenas. La empresa estaba cerrada, los dueños la habían abandonado y ha sido recuperada con el apoyo de los trabajadores", dijo Chávez en mayo de 2009.

El de las empresas básicas de Guayana quizás sea uno de los casos más emblemáticos. La Siderúrgica del Orinoco (Sidor) fue nacionalizada en 2008. Hoy las pérdidas de la compañía suman 580 millones de dólares y la deuda ronda los 900 millones de dólares, de acuerdo a cifras suministradas por Pedro Acuña Grahan, director principal de la planta, en representación de los accionistas clase "b".

En cuanto a la producción, la estimación es que 2012 cierre con 1,8 millones de toneladas de acero líquido, apenas 41% de una capacidad instalada que llega a 4,3 millones de toneladas. "Tiene que hacerse una auditoría de lo que está sucediendo en la empresa, además de establecer responsabilidades sobre el daño patrimonial", exigió Acuña.

La historia se repite

En plena ola de expropiaciones el Ejecutivo nacional también decidió en 2008 hacerse con las cementeras Lafarge (ahora Fábrica Nacional de Cementos), Holcim (ahora Industria Venezolana de Cementos) y Cemex, hoy Cementos Venezuela.

De las tres compañías, las mayores dificultades las ha tenido la Fábrica Nacional de Cemento, cuya producción hasta 2011 estuvo limitada por las fallas en los hornos y equipos de extracción, así como por la falta de materia prima. Según representantes del sector construcción y los trabajadores, la empresa aún enfrenta dificultades.

Fuentes del sector señalan que en gran medida el suministro de cemento está garantizado por Cementos Venezuela e Invecem. Recientemente, el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, indicó que la producción estaba en 8 millones de toneladas, nivel similar al que se tenía en 2007, año previo a la estatización.

En la industria automotriz también es sonoro el fracaso de Venirauto. "Estuvimos evaluando cómo hacemos para que la empresa no se nos apague, pero el año pasado la producción cayó por falta de componentes", reconoció Chávez en febrero de este año.

La ensambladora, en la cual el Estado venezolano posee 64,08% de las acciones, funciona desde 2006. Tiene capacidad para ensamblar 16 mil carros por año, pero nunca ha superado las 4 mil unidades por año. La Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional interpeló este año a la directiva de la automotriz, pero la investigación sobre el funcionamiento de la misma ha sido detenida por los diputados del Psuv.

"Hemos tenido unos problemas por el bloqueo a Irán, ahora que tenemos una fábrica iraní-venezolana, es un problema para traer los repuestos, las (auto) partes, incluso hasta para pagar la parte que corresponde en dólares a la empresa matriz", se limitó a explicar Chávez en febrero.

Tragando recursos

También en febrero de este año el Presidente de la República tuvo que inyectarle a Agropatria, antigua Agroisleña, 300 millones de dólares para que la empresa siguiera a flote. Apenas había transcurrido poco más de un año de la expropiación de la principal compañía distribuidora de fertilizantes e insumos para los productores.

"En Agropatria tenemos que solucionar los problemas que tiene, hay que potenciarla y que se extienda por todo el país dándole prioridad a las zonas agrícolas", aseguró Chávez.

El sector de los alimentos ha sido uno de los más intervenidos por el Gobierno. De acuerdo a cifras de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), el Estado domina 42% del mercado de harina precocida de maíz; 75% en café; 40% en arroz; 25% en aceite; 52% en azúcar y 25% en leche.

Empresas como Lácteos Los Andes e Industrias Diana presentan cifras positivas según el ministerio de Alimentación, pero suele ocurrir que la producción está sostenida por la enorme cantidad de materia prima importada que está comprando el propio Estado.

Un caso similar ocurre con la producción de café. Las operaciones de las expropiadas Fama de América y Café Madrid se sostienen por las compras externas, ya que la producción de café molido ha caído desde el año 2009.

El gobierno controla 11 centrales azucareros de los 17 que hay en el país. De esos sólo construyó el Ezequiel Zamora y los otros 10 los obtuvo vía expropiación. Esos ingenios sólo procesan 19% de la caña que se produce en el país y apenas 12% del azúcar que se refina. El resto de la producción recae sobre los centrales privados.

Ante este panorama, Chávez ha propuesto acompañar la "mano de hierro" con visitas sorpresas a las empresas estatales. "Inspección, preparaos que lo que viene es inspección, inspección y más inspección. No le extrañe a nadie".

rdeniz@eluniversal.com