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jueves, 3 de julio de 2025

Doral, la ciudad más venezolana de EEUU que apoyó a Trump y ahora sufre por sus políticas migratorias


Foto: Cortesía Getty Images

 

 

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Doral forma parte del conglomerado urbano de Miami y ha sido uno de los destinos principales de la comunidad venezolana que abandonó el país en la última década debido a la crisis política y económica.

Y esa comunidad es la más afectada ahora por las decisiones del gobierno del presidente Donald Trump sobre las deportaciones de migrantes y el fin de programas de protección migratoria que beneficiaban a muchos venezolanos.

Esta ciudad es uno de los 34 municipios del condado de Miami-Dade, con una población de 79.359 habitantes en 2023, de los cuales 32,3 por ciento era de origen venezolano, según la encuesta anual del Censo de Estados Unidos.

La palabra Doral combina los nombres de Doris y Alfred Kaskel, una pareja de migrantes polacos judíos que invertía en bienes raíces y compró un extenso terreno, a finales de la década de 1950, para construir un campo de golf y un hotel desde donde luego creció la ciudad.

Los Kaskel inauguraron el Doral Hotel and Country Club en 1962. Dos años después, esta propiedad hospedó el Doral Open Invitational, el campeonato de golf profesional más importante de Florida.

En 2012, Trump compró el club por 150 millones de dólares y lo convirtió en el Trump National Doral Golf Club, que no sólo alberga torneos internacionales sino que recibe al mandatario cuando visita sus propiedades en Florida.

Doral ha figurado en la lista de las ciudades más pujantes de Florida e incluso de Estados Unidos, una posición reforzada por la inversión de un empresario como Trump.

Entre 2002 y 2014, la economía local creció 21 por ciento mientras que la tasa de empleo aumentó 2,6 veces más rápido que el resto del condado de Miami-Dade, indica un estudio de la Universidad Internacional de Florida.

En 2017, Doral conquistó el hito de ser la ciudad de más rápido crecimiento de Florida y la undécima del país, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Uno de los factores que ha influido en este crecimiento es su cercanía con el Aeropuerto Internacional de Miami, por donde transitaron 56 millones de pasajeros en 2024, y que alimenta una amplia red de empresas de logística y servicios para el terminal aéreo.

Y en esa expansión tuvo mucho que ver la creciente población de origen venezolano, que acumula un estimado de 903.000 personas en Estados Unidos, de acuerdo al censo de 2021, y es el grupo hispano que creció más rápidamente en los últimos años, con un aumento de 181,5 por ciento entre 2010 y 2020.

Por eso se dice que Doral es la ciudad más venezolana de EEUU.

La prosperidad económica atrajo nuevos migrantes, quienes contribuyeron al crecimiento de 42,3 por ciento de la población de Doral entre 2015 y 2023.

Este período coincide con la emergencia humanitaria en Venezuela, en la que 7,8 millones de personas emigraron del país debido a la crisis económica, el colapso de los servicios públicos y la violencia, de acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados.

Los venezolanos que emigraron a Doral buscaban aprovechar la conexión que siempre hubo entre Venezuela y Miami.

«Hemos visto diferentes olas de migrantes en Doral», asegura Christi Fraga, alcaldesa de la ciudad. Descendiente de una familia cubana, Fraga observa un patrón que se repite entre los migrantes venezolanos y cubanos: cuando la situación en sus países de origen se agrava, aumenta la llegada de migrantes a Doral.

 

 

«Al principio, los (venezolanos) que emigraron fueron los que estuvieron en contra del gobierno de (Hugo) Chávez, empresarios que querían sacar sus inversiones y traerlas a Estados Unidos», dice Fraga.

«Pero en los últimos años vimos personas que no tenían recursos y arriesgaron todo para venir, hasta sus propias vidas. Eso realmente pone un estrés en los recursos de cada ciudad, en la infraestructura, en los colegios. La migración es un tema muy sensible».

El voto por Trump

Durante el gobierno del presidente Joe Biden, la entrada irregular de migrantes por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó niveles históricos y muchos de ellos fueron venezolanos que recibieron medidas migratorias especiales por las condiciones en Venezuela, como el Estatus de Protección Temporal (TPS) o permisos humanitarios (parole).

Trump llegó a la Casa Blanca con la promesa de iniciar las deportaciones con los migrantes indocumentados que tuvieran antecedentes criminales. Y convenció a sus «vecinos» de Doral: ganó con alrededor de 60% de los votos en los precintos electorales de la ciudad, según cifras del condado de Miami-Dade.

Lo que resultó inesperado en «Doralzuela» fue que el esfuerzo por expulsar a los migrantes se enfocara en los venezolanos, especialmente en los beneficiarios de TPS y parole, así como la insistencia del gobierno de Trump en asociar a los migrantes venezolanos con la peligrosa banda de crimen organizado Tren de Aragua.

«Voté por Trump pensando que nos iba a ayudar a salir del gobierno de Maduro y resulta que ahora negocia con él y ataca a los venezolanos», dijo una residente de Doral que pidió no dar su nombre para evitar represalias contra su familia en Venezuela.

El viernes 31 de enero de este año, dos días después de asumir su segundo mandato, un emisario de Trump se reunió con Maduro en Caracas para obtener el compromiso de que su gobierno recibiría los vuelos de migrantes deportados y liberaría a estadounidenses presos en Venezuela.

Durante los casi seis meses que Trump ha estado al frente de la Casa Blanca, su gobierno eliminó el TPS, que protegía de la deportación a unos 600.000 venezolanos, y ordenó revocar el parole humanitario a 532.000 migrantes venezolanos, junto con cubanos, nicaragüenses y haitianos.

Decenas de venezolanos fueron deportados a su país tras ser recluidos en la base naval de Guantánamo, mientras que otros llevan meses detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, una cárcel de máxima seguridad creada para detener a pandilleros en El Salvador.

Estas medidas fueron adoptadas bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, una normativa de guerra que data de 1798, y que Trump invocó para repeler la presunta invasión del Tren de Aragua en Estados Unidos.

En su medida más reciente, a principios de junio el gobierno de Trump ordenó restringir parcialmente la entrada de venezolanos a Estados Unidos, como parte de una prohibición de viajes que afecta a 19 nacionalidades.

Aunque varias de estas decisiones han sido desafiadas en las cortes y los jueces han fallado contra el gobierno, sembraron el miedo entre los residentes de Doral.

Nota completa en BBC Mundo

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