
Mientras Yván Gil, vocero diplomático del chavismo, mentía el pasado viernes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), decenas de mineros ilegales erosionaban la Gran Sabana, en el estado Bolívar, para extraer el oro de sangre.
Según declaró Gil, «un imperialismo voraz y hambriento de petróleo y recursos que, en lugar de corregirse para frenar el cambio climático, se ha vuelto más feroz e inhumano».
En su opinión, «el discurso de la transición energética, promovido por las potencias occidentales, es una farsa. No se trata de una transición hacia la sostenibilidad, sino hacia una nueva forma de dominación».
Más allá de culpar a Estados Unidos y otros países de la debacle climática, Gil no se pronunció en ningún momento sobre el ecocidio que sucede desde hace años dentro de las fronteras de Venezuela.

Tan solo un día antes de la participación de Gil en la COP30, el periodista independiente Fritz Sánchez había publicado en redes sociales una serie de grabaciones para evidenciar el «desenfreno extractivista al sur del Orinoco».
De acuerdo con el reporte de Sánchez, «aumenta la actividad aurífera ilegal destruyendo nuestra hermosa Gran Sabana, específicamente en Wari Ken. Obsérvese como se va alterando la topografía y como el frágil suelo de sabana ha desaparecido».
Sánchez alertó que «¡se está destruyendo impunemente el Parque Nacional Canaima, sector oriental!»

El reportero cuestionó la indiferencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) ante tales delitos ambientales.
«¿Es posible que está vorágine extractivista pase inadvertida por la Fanb? Decenas de mineros, traslado de maquinaria, armado de campamentos y un constante suministro de combustible hacen pensar mal», opinó.
Video: @Fritz_A_Sanchez / X
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