Entendiendo que los dos procesos, el ataque militar de Estados Unidos ordenado por Trump, y la lucha por la libertad emprendida por María Corina Machado, son dos hechos diferentes, impulsados por razones, causas y orígenes diferentes; y que si, de alguna manera, tienen algunos puntos en común que se ayudan mutuamente; esto es porque tienen un enemigo común que es el chavismo gobernante de facto.
Además de tener una cantidad de razones coincidentes como ser el robo y la destrucción de la economía y de la moral y auto estima de la sociedad venezolana; sin dejar de lado las alianzas con el terrorismo, hasta el punto de que hasta el mismo gobierno de facto pronto puede ser declarado formalmente terrorista... Aunque de hecho Trump, de palabra, ya los haya declarado.
Y es importante esa clarificación de las diferencias, porque si no fuera que el chavismo, solo y por su cuenta, se buscó la enemistad de los norteamericanos que hoy los están haciendo padecer; hubiera sido difícil, desgastante y hasta sangriento, que Venezuela lograra romper con el chavismo salvaje y depredador, sin el apoyo internacional.
Y esta coincidencia, que en algún punto se convertirá en convergencia, se refleja en la nueva estrategia de Estados Unidos y en el corolario Trump que resignifica la Doctrina Monroe, haciendo que esta vez, sin ambigüedades ni dobles interpretaciones, significa que "America es para todos los americanos, desde Canadá hasta la Patagonia"; llamada jocosamente la doctrina Donroe.

Hay que entender que la etapa inicial de esta guerra hibrida de un ejército formal con bandera -que es el de Estados Unidos- contra un grupo diverso de organizaciones terroristas como el cartel de los soles, tren de Aragua, ELN, Farc disidencia, y hezbolla; además del otro grupo, gobernante de facto, que se esconde bajo la noble bandera de Venezuela, sin representarla.
Esta primera etapa es la de darle al chavismo oportunidades, mostrándoles el tamaño de la fuerza, que los bloquea, como preámbulo a las dos opciones que son los escenarios posibles: o se rinden o los atacan... Aunque podrían derivar en una combinación de ataques primero, esperando que con esos ataques iniciales puedan motivar una rendición después.
Lo cierto es que ya el escenario que llamábamos Inocuo, donde el chavismo se mantiene activo solo porque el ejército atacante le sigue abriendo opciones, no solo a los jerarcas sino también al resto de los actores, funcionarios, militares, políticos, alacranes, empresarios colaboracionistas, consultores y encuestadores, así como periodistas y aduladores de oficio. Y que, si no toman una posición patriótica pronto, bueno, después será tarde.
Pero eso tiene un límite que todo indica que ya se alcanzó, y que desde ahora en adelante solo el alto mando aliado sabe qué es lo que viene.
Y en paralelo, Edmundo González Urrutia (legal y genuinamente Presidente Electo de Venezuela) y María Corina, se están preparando para que cuando este sistema corrupto y perverso colapse y salga, hacer el takeover inmediato y tener que gobernar desde los escombros, sin reservas intenacionales, con deudas gigantescas, con una reputación negativa, sin producción petrolera y aislados del resto del mundo.
En este punto del análisis, es el momento de introducir el concepto de la estrategia de la "fruta madura" (“Ripe Fruit” strategy), que es uno de los conceptos más antiguos y persistentes en la política exterior de los Estados Unidos hacia el hemisferio sur; que, en el contexto actual de 2025, y bajo la óptica del Análisis de Entorno que venimos trazando, el ha evolucionado desde ser una metáfora diplomática a convertirse en una estrategia de demolición sistémica y sistemática.
En su momento (1823) fue desarrollado por el Secretario de Estado John Quincy Adams en relación con Cuba; la tesis sostenía que:
"Así como una fruta que, separada de su árbol por la fuerza del viento, no puede sino caer al suelo, Cuba, separada de España, solo puede gravitar hacia la Unión Americana".
En términos políticos, esto significa que Estados Unidos no necesita forzar una anexión o invasión inmediata si puede esperar a que las condiciones de "gravitacionalidad política" (aislamiento, decadencia interna y falta de alternativas) hagan que el chavismo caiga por su propio peso bajo su influencia.
En su aplicación en Venezuela se trata del proceso de "Demolición Lenta" que hoy tiene componentes de guerra híbrida:
- Maduro como Distracción: El chavismo cree que "resistir" es ganar. Sin embargo, Estados Unidos usa esa resistencia como tiempo para identificar cada fibra del sistema (laboratorios, pistas, cuentas bancarias). Mientras Maduro "arrastra la marca" mediática, el sistema que lo sostiene está siendo vaciado por dentro
- La Desmitificación del Relato: Al sacar a la luz información comprometedora de manera constante, se destruye la voluntad de defensa de los cuadros medios; se les muestra que el final es inevitable y que "un día más es un día menos" para empezar a pagar sus cuentas con la justicia
- El Umbral de Maduración: La fruta está "madura" cuando:
- El apoyo internacional es solo retórico (como ocurre ahora)
- La fuga de información en la inteligencia interna es masiva
- La estructura territorial (CBBI) recién implementada en forma defensiva, es permeable y no puede contener el descontento del 90%
Resumiendo lo anterior en forma más estructurada:
1. Dos procesos distintos, un mismo enemigo
- El ataque militar selectivo y la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos responden a objetivos de seguridad hemisférica: frenar redes criminales del narco, terrorismo y la penetración de potencias hostiles en el Hemisferio Occidental, en clave America First y doctrina Monroe reforzada
- La lucha de María Corina y Edmundo nace de la lógica interna de liberación nacional frente a un régimen que destruyó economía, instituciones y tejido social, y que se sostiene en represión y crimen organizado
- La convergencia ocurre porque el chavismo se convirtió en amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos al aliarse con carteles, disidencias de FARC/ELN y actores como Hezbolá, lo que transforma al régimen de facto en objetivo legítimo de una guerra híbrida y, potencialmente, en organización terrorista formalmente designada
2. De la “fruta madura” a la “Doctrina Donroe”
- La vieja metáfora de la fruta madura (John Quincy Adams) describía cómo un régimen decadente, aislado y sin alternativas termina cayendo por gravedad política bajo la influencia de Estados Unidos, sin invasión convencional
- La versión moderna, bajo Trump, ya no espera pasivamente: acelera la putrefacción de la fruta con sanciones financieras, bloqueo de activos, presión sobre carteles y aliados externos, y operaciones de inteligencia que vacían al sistema desde adentro
- En el Hemisferio Occidental, la nueva estrategia asume explícitamente “hacer cumplir la Doctrina Monroe”, reinterpretada no como “América para los estadounidenses” en clave imperial clásica, sino como un hemisferio libre de influencias hostiles, relectura política que algunos llaman jocosa y pedagógicamente “Doctrina Donroe: América para todos los americanos, desde Canadá hasta la Patagonia”
3. La guerra híbrida: quién combate a quién
- La etapa actual no es una invasión clásica de un Estado contra otro, sino una guerra híbrida de un ejército con bandera (EE. UU. y aliados) contra un ecosistema criminal–terrorista: cártel de los soles, Tren de Aragua, FARC disidencia, ELN, Hezbolá y la estructura chavista que se esconde bajo la bandera de Venezuela sin representarla
- Los instrumentos principales son: sanciones, guerra financiera, inteligencia, operaciones quirúrgicas sobre capos y nodos logísticos, y una ofensiva política–narrativa que desmitifica el relato chavista y fractura la moral de mandos medios
- El chavismo todavía opera porque el ejército atacante mantiene abiertas opciones de salida y negociación para jerarcas, militares, alacranes, empresarios, consultores, encuestadores y comunicadores; pero esa fase de “escenario inocuo” parece agotarse, entrando en un tramo donde las opciones reales son: rendición, ataque, o una secuencia mixta de golpes selectivos seguidos de capitulación
4. El punto de maduración y lo que viene
- Hay un umbral de maduración de la fruta: apoyo internacional al régimen reducido a retórica, filtraciones masivas desde dentro, redes territoriales permeadas por descontento masivo y estructura criminal cada vez más expuesta
- La Estrategia de Seguridad Nacional describe un EEUU con medios sobrados (ejército más fuerte, superioridad tecnológica, poder financiero y alianzas) y una línea de “paz mediante la fuerza” que favorece acciones quirúrgicas y cambios de régimen por colapso interno, y no ocupaciones prolongadas
- Desde ese momento, solo el alto mando aliado conoce la secuencia concreta: combinación de presión máxima, golpes selectivos y ventanas de rendición, mientras la oposición democrática debe suponer que el margen de maniobra del régimen se encoge de manera abrupta e impredecible
5. Rol de Edmundo y María Corina: “takeover desde los escombros”
- El reconocimiento internacional ya posiciona a Edmundo como presidente electo de Venezuela y a María Corina como “cerebro” político y futuro alto cargo (vicepresidencia o equivalente), articulando una transición negociada, una salida pacífica y una reconstrucción acelerada
- El escenario que describe el texto es extremo: tomar el poder “desde los escombros”, sin reservas internacionales, con deudas, producción petrolera colapsada y reputación internacional dañada, lo que exige que el equipo de transición esté armado desde ya con: plan económico de shock ordenado, estrategia de seguridad y desmantelamiento de estructuras criminales, y relato honesto de sacrificios iniciales
- Para el equipo de María Corina, el orden lógico de la secuencia de pasos sería:
- Mantener cohesión interna y control territorial mínimo mientras se agota la fase de “fruta madura” y escalamiento híbrido
- Preparar un gobierno en espera con protocolos para asumir en condiciones de colapso (institucional, fiscal, energético, de seguridad)
- Diseñar canales discretos con mandos medios civiles y militares para garantizar continuidad del Estado sin continuidad del régimen
- Coordinar con aliados (especialmente EEUU.) para sincronizar el momento de la caída con ayudas de emergencia, seguridad y reconocimiento internacional
- Comunicar al país que la victoria no es el fin del sufrimiento, sino el inicio ordenado de la reconstrucción, evitando la brecha entre expectativas épicas y realidad de gobernar sobre ruinas
Venezuela entra entonces en una fase en la que la coincidencia de dos vectores —la presión de seguridad hemisférica encabezada por Estados Unidos y la legitimidad democrática acumulada por Edmundo y María Corina— deja de ser solo una oportunidad y pasa a ser una obligación histórica.
El chavismo ya no es solo un mal gobierno, sino que es una plataforma narco–terrorista visible, cartografiada y crecientemente aislada, cuya capacidad de daño interno supera cualquier valor de negociación futura.
A partir de aquí, el margen real de decisión ya no está en si habrá transición, sino en cómo se producirá ese desenlace y cuánto costo humano, institucional y material se asumirá en el proceso.
Hoy para los norteamericanos de Trump el costo politico de no hacer nada es inmensamente superior al de avanzar y darle uso a semejante tamaño de fuerza desplegada.
Y para María Corina, con o sin gringos de por medio, se está acercando el momento en el que el venezolano tenga que salir a la calle a “ganarse” a pulso, fuerza y riesgo de vida, la libertad de Venezuela.
Actualización de escenarios
1. Escenario Optimista de “rendición inteligente”: Control del daño desde adentro
En este escenario, una parte relevante de la cúpula entiende que la etiqueta de narco–terrorismo y la “fruta madura” han cruzado un punto de no retorno, y decide negociar una salida ordenada antes de que se activen operaciones más agresivas de seguridad internacional. La FANB y mandos civiles intermedios buscan preservar algún grado de continuidad institucional aceptando la autoridad del gobierno electo y pactando garantías diferenciadas para quienes colaboren con la transición.
Tiene cada vez más baja probabilidad de ocurrencia, pero pudiera fortalecerse si se desagrega en un resultado de un ataque fuerte (no deseado y nunca pedido por María Corina) y una negociación posterior a la luz del daño infligido.
2. Escenario Inocuo de “resistencia de baja intensidad”: Agonía prolongada
Aquí el chavismo intenta mantener el “un día más” con una mezcla de represión selectiva, economía de supervivencia y negociación táctica, sin aceptar una salida clara, pero evitando cruzar abiertamente las líneas rojas militares de Estados Unidos.
El resultado es una erosión continua del Estado, mayor empobrecimiento y una transición que sí ocurre, pero sobre una base material y social aún más destruida, reduciendo el margen de maniobra del gobierno entrante.
El “un día más” se convierte en un cálculo de riesgo creciente: cada jornada añadida en el poder aumenta la exposición penal de la cúpula y endurece la respuesta internacional, mientras el país se hunde en deterioro institucional y económico.
En este escenario, la transición no desaparece, solo se retrasa y llega con más daño acumulado y un margen de maniobra menor para todos los actores.
3. Escenario Pesimista de “extracción quirúrgica”: por seguridad hemisférica
Que no es el deseo de la oposición democrática; pero si la cúpula ignora todas las señales y mantiene el rol de plataforma activa de redes terroristas y del Cartel de los Soles, se impone una lógica de seguridad hemisférica con operaciones focalizadas para neutralizar nodos clave del sistema, combinadas con un aislamiento casi total.
El chavismo se desploma más por implosión de su estructura criminal que por negociación política, obligando al gobierno electo a asumir en un contexto de vacío de poder parcial, con alta fragmentación territorial y presencia de actores armados residuales. Tiene una probabilidad muy alta de ocurrencia
Recomendaciones
- Para el gobierno de facto (saliente): La única recomendación racional es entender que la etapa “inocua” se terminó y que cada día adicional en el poder, en un contexto de guerra híbrida y designaciones narco–terroristas, solo incrementa el costo personal, penal y patrimonial de la cúpula. Mantener el rol de plataforma de redes criminales y terroristas ya no preserva poder: acelera la probabilidad de extracción forzosa y reduce el espacio para cualquier esquema de justicia transicional que hoy todavía podría diferenciar entre responsables máximos y cuadros intermedios
- Para el gobierno electo (entrante): La prioridad es asumir que el takeover será “desde los escombros” y organizar desde ahora un dispositivo de transición que pueda gobernar en colapso: seguridad mínima, continuidad institucional básica y un relato honesto sobre los sacrificios iniciales que exigirá la reconstrucción.
Al mismo tiempo, necesita consolidar una relación estratégica con los aliados que conducen la guerra híbrida, de modo que las operaciones de seguridad hemisférica y la agenda de reconstrucción democrática se alineen en tiempos, objetivos y mensajes hacia la sociedad venezolana.
Deberían contar con una figura extra ministerial con reporte directo a María Corina, que tenga la visión de conjunto y vaya midiendo la relación causa efecto de cada paso, considerando que será multisectorial, multifactorial y multidimensional… y que debe manejar simultáneamente todas las dimensiones con visión top down
- Para empresarios no cooptados: Este momento no se trata solo de “no colaborar” con el sistema, sino de decidir dónde colocar su capital, su tiempo y su reputación en una transición que puede acelerarse de forma abrupta. Lo más útil ahora es empezar a redirigir recursos —financieros, logísticos, de gestión y de talento— hacia iniciativas que puedan operar tanto en el final del chavismo como en el primer día de ejercicio del gobierno electo: consorcios sectoriales para servicios básicos, plataformas de abastecimiento, esquemas laborales flexibles y proyectos que puedan escalar rápido cuando se liberen reglas y controles
- Para países aliados que apoyan la libertad de Venezuela: La recomendación central es mantener la presión coordinada sobre el gobierno de facto de Venezuela como amenaza narco–terrorista, pero enmarcando cada sanción y cada operación dentro de una narrativa que separe claramente a la cúpula criminal del pueblo venezolano. Al mismo tiempo, deben preparar y comunicar un paquete visible de “día después” —apoyo financiero, técnico e institucional— que permita que el gobierno electo pueda ocupar el vacío que dejará el chavismo sin convertir a Venezuela en un territorio ingobernable, fragmentado o capturado por mafias residuales
El desafío no es solo salir del chavismo, sino decidir desde ya, y como sociedad como un todo, qué es lo que no estamos dispuestos a volver a hacer nunca más; aunque la presión y la necesidad aprieten. Debemos desarrollar un “cuaderno negro” de decisiones mínimas de integridad —las líneas rojas que cada persona, institución y comunidad se fija hoy— que será lo que determine quiénes podrán participar mañana en la reconstrucción de una Venezuela democrática sin cargar con pasivos morales o penales y con la autoridad ética necesaria para gobernar desde los escombros.
Contactos
Correo: btripier@ntn-consultores.com
Instagram: @benjamintripier
Twitter: @btripier

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