EEUU vuelve a demostrar su fuerza de guerra electrónica frente a Venezuela con los EA-18G Growler

 

Un E/A-18G Growler del Ala Aérea Embarcada 8, adscrito al Escuadrón de Ataque Electrónico 142, se prepara para aterrizar en el portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford (CVN 78), en el Mar de Noruega, sobre el Círculo Polar Ártico, el 3 de septiembre de 2025. El Gerald R. Ford, un portaaviones nuclear de primera clase y buque insignia del Doce Grupo de Ataque de Portaaviones, se encuentra en un despliegue programado en el área de operaciones de la 6.ª Flota de los EE. UU. para apoyar la eficacia, la letalidad y la preparación de las Fuerzas Navales de los EE. UU. en Europa y África, y defender los intereses de los EE. UU., sus aliados y sus socios en la región. (Fotografía de la Marina de los EE. UU. por la marinera especialista en comunicación de masas Brianna Barnett)

 

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Por segundo día consecutivo, la plataforma de seguimiento aéreo Flightradar24 registró la presencia de dos aeronaves Boeing EA-18G Growler de la Marina de Estados Unidos (US Navy) operando en espacio aéreo internacional frente a las costas norte de Venezuela.

Estas apariciones, con registros 168385 y 168392, se produjeron en medio de una creciente tensión regional y un reforzamiento militar estadounidense en el Caribe.

Los Growler, identificados como «N/A F18S» en los trackers civiles, volaron a altitudes de entre 26.950 y 27.975 pies, con velocidades cercanas a los 390 nudos, realizando patrones de órbita característicos de misiones de vigilancia y guerra electrónica.

 

 

 

 

 

Acompañados en ocasiones por F/A-18 Super Hornet, estas operaciones se mantuvieron fuera del espacio aéreo soberano venezolano, pero en proximidad suficiente para ser interpretadas como una demostración de fuerza.

¿Qué es el EA-18G Growler y por qué genera atención?

El Boeing EA-18G Growler es un avión de guerra electrónica de última generación, derivado del F/A-18F Super Hornet. Desarrollado exclusivamente para la US Navy, su misión principal es interferir, denegar y degradar las defensas aéreas y comunicaciones enemigas.

Equipado con pods de jamming avanzados (como el Next Generation Jammer), actúa como un «cegador» electrónico que protege a otras aeronaves al suprimir radares, misiles y sistemas de comando y control del adversario.

En contextos operativos, los Growler son clave para preparar el terreno en escenarios de conflicto, recopilando inteligencia electrónica (ELINT) y probando respuestas de defensas aéreas.