El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, compartió este sábado en su red social, Truth Social, un artículo de opinión que vincula directamente su estrategia de «mano dura» contra el régimen de Nicolás Maduro con un objetivo geopolítico mayor: presionar a Vladimir Putin para poner fin a la guerra en Ucrania.
El texto, firmado por el analista David Marcus, lleva por título «La agresión de Trump hacia Venezuela es una advertencia para Putin» y argumenta que Venezuela funciona como un «estado cliente» de Rusia. La tesis central avalada por el mandatario estadounidense es que, tras la caída de Bashar al-Assad en Siria y la presión sobre Irán, Washington está demostrando que el Kremlin es incapaz de proteger a sus aliados globales frente al poderío estadounidense.
«Trump ha demostrado, uno a uno, que, frente al poderío estadounidense, Putin no puede proteger a sus sospechosos aliados globales», reza el artículo. Se cita a Peter Doran, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias, quien asegura que «el Kremlin hará grandes declaraciones de apoyo, pero ofrecerá un respaldo mínimo cuando surjan amenazas reales para sus clientes».
El análisis compartido por Trump sostiene que Putin, desgastado por años de guerra en Ucrania y sanciones económicas, no tiene la capacidad de sostener a Maduro si Estados Unidos decide actuar. «Podríamos derrocar a Maduro mañana y Putin no podría hacer absolutamente nada al respecto», sentencia el texto, añadiendo que mantener al líder chavista sería «un puente demasiado lejano» para Moscú.
El artículo también hace referencia a la reciente Estrategia de Seguridad Nacional de la administración Trump, la cual retoma principios de la Doctrina Monroe para priorizar el hemisferio occidental. Marcus describe el enfoque actual como una evolución de la vieja «diplomacia de las cañoneras» hacia una «diplomacia de los superportaaviones», sugiriendo que la mejor salida para Maduro es un retiro tranquilo en el extranjero, posiblemente en Moscú junto a Assad.
Finalmente, la publicación sugiere que la ofensiva contra Venezuela es una pieza clave en el tablero global. El texto concluye que Trump ha puesto a Putin en una posición difícil: si persiste en su ambición territorial sobre Ucrania, corre el riesgo de ver desmoronarse su influencia global al perder a sus socios estratégicos uno por uno.
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