
MEXICO DF (Reuters) - El sistema financiero de México está protegido de la crisis en Estados Unidos, pero la economía mexicana podría sufrir por una reducción en las remesas desde su vecino del norte, así como por menos exportaciones y turismo, dijo el lunes el secretario de Hacienda.
Los mercados mexicanos se han visto fuertemente golpeados en las últimas semanas a causa de la crisis del crédito hipotecario en Estados Unidos, que ha amenazado con arrastrar a la mayor economía del mundo a una recesión.
El lunes, la bolsa mexicana se desplomó un 6.4 por ciento, su peor caída desde abril del 2000, mientras que el peso se depreció un 2.13 por ciento a su nivel más débil en un año, en medio de temores de que los problemas estadounidenses se contagien al sur de la frontera.
Pero el sistema financiero del país se encuentra bien capitalizado, luego de una severa crisis financiera a mediados de la década de 1990, y el país depende mucho menos del crédito extranjero, dijo en una conferencia de prensa el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, durante una visita a Washington.
"México está en buena posición para enfrentar estos periodos turbulentos sin precedentes que estamos viviendo", afirmó el funcionario.
"El Gobierno mexicano, las empresas mexicanas y el sistema bancario mexicano no dependen del crédito externo, por lo mismo esta situación de volatilidad no está contagiando de manera directa a nuestros mercados", comentó.
En cuanto al sistema financiero del país, actualmente dominado por empresas extranjeras como Citigroup BBVA y Santander, añadió que "hoy por hoy puedo afirmar que la banca mexicana está fuerte (...) No tenemos ningún indicio que haya algún peligro por esta área".
Sin embargo, la economía del país, que envía un 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, podría sentir el impacto de la desaceleración económica a través de menores remesas de los trabajadores mexicanos al norte de la fronteras, menos demanda de exportaciones y una reducción del turismo.
El presidente de México, Felipe Calderón, dijo la semana pasada que su país podría revisar otra vez a la baja su pronóstico de crecimiento económico para el año por el impacto de la crisis financiera en Estados Unidos.
El Gobierno redujo a principios de mes su expectativa de crecimiento económico para el 2008 a un 2.4 por ciento, desde un 2.8 por ciento previo.
Los mercados mexicanos se han visto fuertemente golpeados en las últimas semanas a causa de la crisis del crédito hipotecario en Estados Unidos, que ha amenazado con arrastrar a la mayor economía del mundo a una recesión.
El lunes, la bolsa mexicana se desplomó un 6.4 por ciento, su peor caída desde abril del 2000, mientras que el peso se depreció un 2.13 por ciento a su nivel más débil en un año, en medio de temores de que los problemas estadounidenses se contagien al sur de la frontera.
Pero el sistema financiero del país se encuentra bien capitalizado, luego de una severa crisis financiera a mediados de la década de 1990, y el país depende mucho menos del crédito extranjero, dijo en una conferencia de prensa el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, durante una visita a Washington.
"México está en buena posición para enfrentar estos periodos turbulentos sin precedentes que estamos viviendo", afirmó el funcionario.
"El Gobierno mexicano, las empresas mexicanas y el sistema bancario mexicano no dependen del crédito externo, por lo mismo esta situación de volatilidad no está contagiando de manera directa a nuestros mercados", comentó.
En cuanto al sistema financiero del país, actualmente dominado por empresas extranjeras como Citigroup BBVA y Santander, añadió que "hoy por hoy puedo afirmar que la banca mexicana está fuerte (...) No tenemos ningún indicio que haya algún peligro por esta área".
Sin embargo, la economía del país, que envía un 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, podría sentir el impacto de la desaceleración económica a través de menores remesas de los trabajadores mexicanos al norte de la fronteras, menos demanda de exportaciones y una reducción del turismo.
El presidente de México, Felipe Calderón, dijo la semana pasada que su país podría revisar otra vez a la baja su pronóstico de crecimiento económico para el año por el impacto de la crisis financiera en Estados Unidos.
El Gobierno redujo a principios de mes su expectativa de crecimiento económico para el 2008 a un 2.4 por ciento, desde un 2.8 por ciento previo.
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