
El desajuste en la economía global incrementa la vulnerabilidad
Atados como ningún otro país a lo que suceda en el impredecible casino de los precios petroleros, cada viernes, cuando el Ministerio de Energía difunde a cuánto se cotiza la cesta de crudos, los venezolanos saben si continúa la ilusión de bienestar o comienzan tiempos duros. La volatilidad es total y el efecto que la crisis en Estados Unidos puede desatar añade mayor incertidumbre. Entre el 5 de julio y el 19 de septiembre el barril venezolano cayó en tiempo récord 37 dólares para aterrizar en 88,76; entonces, con la respiración contenida, el país sintió alivio tras el rebote que lo lleva esta semana hasta 98,28 dólares. Un vuelo rasante sobre las cifras del Banco Central desnuda la vulnerabilidad: en diciembre de 1982, dos meses antes del Viernes Negro de febrero de 1983, el petróleo representaba 94% de las exportaciones y las reservas internacionales nueve meses de importaciones. El año anterior al ajuste de 1989 y al Caracazo, las exportaciones petroleras significaban 80% del total y existían ocho meses de importaciones en reservas. Al cierre del segundo semestre de este año, la venta de crudo representa 94,6% de las exportaciones y al 25 de septiembre existen 10 meses de importaciones en reservas. Los escenarios Si bien esto deja en claro que tras cuatro años de excelentes ingresos el país no ha avanzado en la meta de diversificar la economía y está expuesto, la cantidad de dinero que tendría la administración de Hugo Chávez en un cúmulo de fondos de uso discrecional, alojados en organismos como Bandes y el Banco del Tesoro, crean un amortiguador a tomar en cuenta. La mayoría de los analistas coincide en que la variable a evaluar es 2009 porque este año, gracias a que el petróleo venezolano acumula un precio promedio de 102 dólares a septiembre, existen suficientes ingresos para superar cualquier desajuste. Un estudio elaborado por Ecoanalítica evalúa los escenarios de un precio del petróleo de 85, 50 y 70 dólares en 2009. "Tanto el escenario de 70 dólares como el de 50 dólares son literalmente explosivos", dice la firma, pero añade que "el colchón" de entre 57 mil y 46 mil millones de dólares que tiene el Gobierno para cubrir gasto hace que "ni siquiera una baja estructural de 25% en los precios petroleros represente problemas significativos (en términos de colapso) para 2009. No obstante, subraya que "el punto importante es qué pasará después de que los recursos excedentarios se acaben: el Gobierno necesitará realizar una maxidevaluación como mecanismo de ajuste fiscal (permite obtener más bolívares por los petrodólares), con elevados costos en términos de inflación y crecimiento". No es tanto La poca transparencia de las finanzas públicas lleva a que existan distintos cálculos sobre el dinero que tiene el Ejecutivo. Abelardo Daza, gerente de investigación de Equivalores, considera que "en activos líquidos distintos a las reservas internacionales existen unos 15 mil millones de dólares". Si el petróleo cae 30 dólares desde el nivel actual, el Gobierno tendría unos mil millones de dólares menos cada mes, "entonces hablamos de que habría para cubrir unos 15 meses, el problema fiscal se presenta si hay un descenso más o menos prolongado", afirma Daza. ¿Significa esto que no hay por qué preocuparse en 2009? Abelardo Daza señala que "el Gobierno no va a quebrar, pero con un descenso del petróleo se dispararía el tipo de cambio paralelo, Cadivi haría más lenta la entrega de dólares para importaciones, saldría más costoso el financiamiento para el país, estos desajustes impactarían a la población, por poner un ejemplo, con mayor inflación". El cuadro interno ya es complicado. En los últimos doce meses el precio de los alimentos acumula un salto de 50% y a pesar del brillo del crudo el riesgo país de Venezuela es el más elevado de América Latina, circunstancia que se traduce en que la República tendría que pagar una elevada tasa de interés para obtener préstamos. En un entorno de caída del petróleo también es previsible que la inversión privada se torne más recelosa en anticipación a una crisis severa y la creación de empleo tienda a disminuir. Capitalismo enfermo La teoría indica que los bancos cumplen un rol vital en la economía captando recursos de quienes tienen excedentes para entregarlos en forma de créditos a personas y empresas. Pero la ingeniería financiera de Wall Street introdujo un cambio que ha derivado en una crisis sin precedentes. Los bancos entregaron créditos hipotecarios a personas de bajo historial. Posteriormente, los créditos fueron empaquetados y vendidos a bancos de inversión. Además, aseguradoras emitieron pólizas para garantizar el pago de los papeles. Cuando la realidad acabó con el mito de que el precio de las casas nunca cae y buena parte de los deudores dejó de pagar las hipotecas, tomó cuerpo una tormenta financiera que ha derribado a la principal entidad de ahorro y préstamo de Estados Unidos (Washington Mutual), la primera aseguradora del mundo (AIG) y dos torres gemelas de Wall Street (Lehman Brothers y Bear Stearns). La economía de Estados Unidos muestra signos claros de desaceleración, el desempleo creció a 6,1% en agosto, la producción industrial cayó 1,1% y las ventas al detal muestran el peor desempeño desde el 11 de septiembre de 2001. Si Estados Unidos cae en recesión y comienza a consumir menos la economía de los países que le venden sus productos, entre ellos China e India, se verán afectadas y el resultado puede ser menor consumo de petróleo y por tanto un ajuste a la baja en los precios del crudo. Si bien esta realidad comienza a tener peso y el barril muestra una caída importante desde el pico de julio, el temblor en las bolsas del mundo ha derivado en que los inversionistas busquen refugio en los contratos a crudo a corto plazo, circunstancia que sirve de soporte a los precios. Para evitar caer en crisis los venezolanos deben apostar, a diario, que la fortuna no les juegue una broma pesada.
http://www.eluniversal.com/2008/09/28/eco_art_venezuela-se-la-jueg_1068641.shtml
Atados como ningún otro país a lo que suceda en el impredecible casino de los precios petroleros, cada viernes, cuando el Ministerio de Energía difunde a cuánto se cotiza la cesta de crudos, los venezolanos saben si continúa la ilusión de bienestar o comienzan tiempos duros. La volatilidad es total y el efecto que la crisis en Estados Unidos puede desatar añade mayor incertidumbre. Entre el 5 de julio y el 19 de septiembre el barril venezolano cayó en tiempo récord 37 dólares para aterrizar en 88,76; entonces, con la respiración contenida, el país sintió alivio tras el rebote que lo lleva esta semana hasta 98,28 dólares. Un vuelo rasante sobre las cifras del Banco Central desnuda la vulnerabilidad: en diciembre de 1982, dos meses antes del Viernes Negro de febrero de 1983, el petróleo representaba 94% de las exportaciones y las reservas internacionales nueve meses de importaciones. El año anterior al ajuste de 1989 y al Caracazo, las exportaciones petroleras significaban 80% del total y existían ocho meses de importaciones en reservas. Al cierre del segundo semestre de este año, la venta de crudo representa 94,6% de las exportaciones y al 25 de septiembre existen 10 meses de importaciones en reservas. Los escenarios Si bien esto deja en claro que tras cuatro años de excelentes ingresos el país no ha avanzado en la meta de diversificar la economía y está expuesto, la cantidad de dinero que tendría la administración de Hugo Chávez en un cúmulo de fondos de uso discrecional, alojados en organismos como Bandes y el Banco del Tesoro, crean un amortiguador a tomar en cuenta. La mayoría de los analistas coincide en que la variable a evaluar es 2009 porque este año, gracias a que el petróleo venezolano acumula un precio promedio de 102 dólares a septiembre, existen suficientes ingresos para superar cualquier desajuste. Un estudio elaborado por Ecoanalítica evalúa los escenarios de un precio del petróleo de 85, 50 y 70 dólares en 2009. "Tanto el escenario de 70 dólares como el de 50 dólares son literalmente explosivos", dice la firma, pero añade que "el colchón" de entre 57 mil y 46 mil millones de dólares que tiene el Gobierno para cubrir gasto hace que "ni siquiera una baja estructural de 25% en los precios petroleros represente problemas significativos (en términos de colapso) para 2009. No obstante, subraya que "el punto importante es qué pasará después de que los recursos excedentarios se acaben: el Gobierno necesitará realizar una maxidevaluación como mecanismo de ajuste fiscal (permite obtener más bolívares por los petrodólares), con elevados costos en términos de inflación y crecimiento". No es tanto La poca transparencia de las finanzas públicas lleva a que existan distintos cálculos sobre el dinero que tiene el Ejecutivo. Abelardo Daza, gerente de investigación de Equivalores, considera que "en activos líquidos distintos a las reservas internacionales existen unos 15 mil millones de dólares". Si el petróleo cae 30 dólares desde el nivel actual, el Gobierno tendría unos mil millones de dólares menos cada mes, "entonces hablamos de que habría para cubrir unos 15 meses, el problema fiscal se presenta si hay un descenso más o menos prolongado", afirma Daza. ¿Significa esto que no hay por qué preocuparse en 2009? Abelardo Daza señala que "el Gobierno no va a quebrar, pero con un descenso del petróleo se dispararía el tipo de cambio paralelo, Cadivi haría más lenta la entrega de dólares para importaciones, saldría más costoso el financiamiento para el país, estos desajustes impactarían a la población, por poner un ejemplo, con mayor inflación". El cuadro interno ya es complicado. En los últimos doce meses el precio de los alimentos acumula un salto de 50% y a pesar del brillo del crudo el riesgo país de Venezuela es el más elevado de América Latina, circunstancia que se traduce en que la República tendría que pagar una elevada tasa de interés para obtener préstamos. En un entorno de caída del petróleo también es previsible que la inversión privada se torne más recelosa en anticipación a una crisis severa y la creación de empleo tienda a disminuir. Capitalismo enfermo La teoría indica que los bancos cumplen un rol vital en la economía captando recursos de quienes tienen excedentes para entregarlos en forma de créditos a personas y empresas. Pero la ingeniería financiera de Wall Street introdujo un cambio que ha derivado en una crisis sin precedentes. Los bancos entregaron créditos hipotecarios a personas de bajo historial. Posteriormente, los créditos fueron empaquetados y vendidos a bancos de inversión. Además, aseguradoras emitieron pólizas para garantizar el pago de los papeles. Cuando la realidad acabó con el mito de que el precio de las casas nunca cae y buena parte de los deudores dejó de pagar las hipotecas, tomó cuerpo una tormenta financiera que ha derribado a la principal entidad de ahorro y préstamo de Estados Unidos (Washington Mutual), la primera aseguradora del mundo (AIG) y dos torres gemelas de Wall Street (Lehman Brothers y Bear Stearns). La economía de Estados Unidos muestra signos claros de desaceleración, el desempleo creció a 6,1% en agosto, la producción industrial cayó 1,1% y las ventas al detal muestran el peor desempeño desde el 11 de septiembre de 2001. Si Estados Unidos cae en recesión y comienza a consumir menos la economía de los países que le venden sus productos, entre ellos China e India, se verán afectadas y el resultado puede ser menor consumo de petróleo y por tanto un ajuste a la baja en los precios del crudo. Si bien esta realidad comienza a tener peso y el barril muestra una caída importante desde el pico de julio, el temblor en las bolsas del mundo ha derivado en que los inversionistas busquen refugio en los contratos a crudo a corto plazo, circunstancia que sirve de soporte a los precios. Para evitar caer en crisis los venezolanos deben apostar, a diario, que la fortuna no les juegue una broma pesada.
http://www.eluniversal.com/2008/09/28/eco_art_venezuela-se-la-jueg_1068641.shtml
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.