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lunes, 30 de mayo de 2011

Editorial El Nacional

Esa vieja arbitrariedad
RCTV presente

No hay olvido ni renuncia en la memoria de los venezolanos luego de haberse cumplido cuatro años del arbitrario cierre de Radio Caracas Televisión por parte del gobierno bolivariano. Lo más auténtico y popular de este recuerdo es que la gente en la calle sigue manteniendo vivo el tema de RCTV, lo cual es una muestra de la estatura de ese gran error cometido por Miraflores que, como es sabido, le ocasionó un inesperado e histórico daño electoral al oficialismo.
Fue la primera vez que el comandante mordió el polvo y supo del dolor de la derrota.

El país no olvida esos acontecimientos durante los cuales el régimen hubo de quitarse el disfraz de oveja y mostrar su verdadera personalidad de lobo, dispuesto a llevarse por delante los principios básicos de la democracia y de socavar militarmente las instituciones a las cuales había prometido respetar y reformar dentro del ansia de cambio que recorría la sociedad venezolana en aquellos días de incertidumbre del año 1999, ya acaecido el pírrico triunfo electoral de la propuesta militar, avalado por una alta abstención.
Esa primera minoría dentro del espectro electoral inició el proceso de renovar las instituciones con un concepto claro de echar abajo todo lo que de malo tenía la llamada cuarta república, que no se había atrevido a impulsar la reforma institucional que el senador Rafael Caldera había conceptualizado a tiempo y con esperanzas de que no se derrumbara el edificio democrático, ya de por sí acosado por filtraciones y grietas de corrupción y de mal funcionamiento de las instituciones que los distanciaba de las necesidades populares que, cada día, se volvían más urgentes.
De una manera históricamente inesperada los medios de comunicación se convirtieron, por gracia y destino de la vida, en escena pública de la discusión sobre el deterioro de la democracia representativa, y abrieron una espacio continuo y permanente para la crítica dura del manejo de la cosa pública. Era natural y lógico que los medios de comunicación le dieran espacio a la disidencia crítica dentro del descalabro de la virtud y la honestidad burocrática y de sus escándalos que surgían como bofetadas a la gente del pueblo y la clase media que exigía acciones directas y efectivas para mejorar la acción de los gobiernos democráticos.
Era tan sencillo ese acto político que nadie puede imaginarse hoy que no lo hicieran.
Pero se estableció de inmediato una hipótesis en el sentido de que los medios de comunicación se habían convertido en partidos políticos, olvidando que los medios no obedecen a un diseño de partido como lo es el seguir una línea política incuestionable, no son ideológicamente homogéneos ni se apegan a la modificación de sus mensajes en función de la última reunión del comité partidista.
Si RCTV está en la mente de toda la gente es porque está firmemente en la esperanza de la gente. Y es así hasta que vuelva al aire.

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