No pudo Chávez en su reaparición de Aló Presidente ni levantar un suspiro, ni apelando al “balcón del pueblo”, otrora sitio de celebración y regocijo; ni verlo con muletas conmovió a ninguno. Es la ficción que cobra sus propias penas abandonando a los hombres de poca legitimidad, cuando engolfados al poder no piensan sino en asirse cada vez mas a él. No hay liderazgo que lo sostenga ni promesas que apabullen a una población burlada. Llegará la hora de la verdad donde los retruécanos y las ilusiones pasarán a otra dimensión que no se corresponda con la realidad. Tanto esperar para nada, tantas palabras vanas que en vez de arrimarlo al pueblo lo van alejando, cuando éste se siente chasqueado por los incumplimientos. Pero el poder es un imán para los autócratas y no quieren por nada del mundo cederlo y se creen imprescindibles, el final de estos sainetes los conocemos con Gómez, Pérez Jiménez en el siglo XX. Pero el chavismo es una forma de vida para algunos venezolanos aún no teniendo ningún vínculo con el presidente. El chavismno es una exacerbación del venezolano “vivo” que no está dispuesto a aflojar el coroto sino a enquistarse en los cargos públicos. Actualmente vemos con asombro cómo en la filas de la oposición hay un desmadre de candidaturas donde los noveles diputados están dispuestos a abandonar las curules de la Asamblea Nacional para lanzarse en las futuras elecciones como alcaldes o gobernadores. Esa rebatiña no se la quiere perder nadie, y son las secuelas del chavismo dentro de la “oposición”. Ojalá estos grandes caballeros no vayan a encismar a la disidencia venezolana, que en esta oportunidad no votaría por ninguno de ellos poniendo en peligro ese bien tan preciado llamado unidad.Qué pasaría de concretarse estas candidaturas, pues no lo sabemos y seguramente sucedería un reagrupamiento de la oposición buscando una salida más real a la actual, y examinando la unidad por la base que nos conduzca a las candidaturas unitarias.
La política en este país se hizo una carrera lucrativa y fue la lección que primero aprendieron en las filas del oficialismo, tanto lo es, que no quieren irse, manteniéndose sobre un cúmulo de ofertas engañosas e incumplibles.
No es la cuarta ni la quinta república son los vicios republicanos de la Venezuela retrógrada, que lleva a los “compañeritos” a ambicionar de la misma manera que el padre de la “revolución” cuanto poder está a su alrededor.
Mientras el chavismo se disipa en su propio seno y nos topamos a diario con innumerables protestas; en la oposición los candidatos multiuso proliferan, los que se arrebatan ante las posibilidades de optar una gobernación. Cómo les gustaría forjar su feudo en alguna región y proseguir en reelecciones. Es inmoralidad de esta sociedad que el sincretismo entre la cuarta república y la quinta sea apuntalado por el “chavismo”. Es una vergüenza para la Venezuela que deseamos reconstruir y donde habemos de caber todos. Si llegara a ocurrir esto sería un profundo desengaño para los electores, y pensarían que las “mafias” viejas o nuevas siguen enquistadas en todas partes. ¿Qué opción le quedaría al ciudadano común que navega en un mar de indecisión? Votar o no votar. ¿Con tantos desengaños electorales y ante la situación de no definición de un candidato, esto favorecería en algo la causa?. Creerán los candidatos multiuso que Venezuela está poblada de necios, que acaso no son suficientes 12 años con Chávez para permitirles a ellos jugar con la voluntad popular.
Publicado por el Diario La Voz
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