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miércoles, 27 de julio de 2011

Editorial El Nacional


Sin novedad en el frente
Sí son los restos

El Presidente de la República tuvo una buena noticia en medio de las malas que ha recibido en las últimas semanas. Los huesos del Padre de la Patria son, en verdad, del Padre de la Patria. Sus enemigos colombianos no tuvieron tiempo de cambiarlos por otros. Esto lo sabía todo el mundo. Estaba más que comprobado que los restos traídos en 1842, por iniciativa del general José Antonio Páez, eran los de Simón Bolívar. Nadie lo puso en duda. En 1942, bajo la presidencia de Medina Angarita, fueron exhumados. En 1972 fueron trasladados a otro sarcófago. Todo se había hecho con absoluta normalidad.

No obstante, y como el Presidente desconfía de todo el mundo, no creyó nada ni a nadie, y contrató a un experto español de la Universidad de Granada para que certificara si, en efecto, los que están ahí son los restos de Bolívar. La palabra del médico se dejó oír el lunes 25 con toda solemnidad. Un poco engolado, sí, pero no era para menos. Su palabra en ese momento valía un mundo. ¿Qué tal si hubiera dicho lo contrario? No contemos la que se hubiera armado. Gracias, pues, al doctor importado desde Granada por tan buena nueva.
Un buena noticia que es vieja pero que para el Presidente significa mucho. Es posible que se encuentre un poco frustrado, ya sabemos que todo lo normal lo altera. Que probablemente un informe sensacional habría sido más compatible con su temperamento. No era tanto la identificación de los restos de Bolívar lo que al comandante le quitaba el sueño.
Recordemos que él había apostado que a Bolívar lo habían asesinado los oligarcas colombianos. No tenía referencias confiables para sostener una tesis tan temeraria, pero se confiaba de sus propias sospechas y en los profundos estudios que ha hecho de los enemigos del Libertador. ¿No habían tratado, acaso, de asesinarlo la noche del nefasto 25 de septiembre, en una conjura de colombianos y venezolanos? En este sentido, el doctor Lorente defraudó al jefe del Estado.
Las causas de la muerte no pudieron ser determinadas. En primer término, alegan, fue muy pequeño el fragmento óseo analizado. Y, por otra parte, no es tan sencillo determinar las causas de la muerte de un individuo 180 años después. Pero al parecer al comandante no le ha sido suficiente, y según trasciende, no renuncia a su tesis o creencia o sospecha de que lo mataron sus contumaces enemigos.
Tratándose de un tema muy cercano a su corazón, el Presidente rompió las prescripciones de sus médicos cubanos, y se hizo presente en la ceremonia, no en persona, sino a través del teléfono y los parlantes. Como una voz de otro mundo. Acababa de descubrir la biografía de Bolívar escrita por Felipe Larrazábal en el siglo XIX, y dijo que "la oligarquía la tenía secuestrada".
No es cierto. Si el gobierno no gastara los dineros públicos editando panfletos marxistas y discursos de Fidel, ya habría hecho una edición de ese libro. En suma, no hay novedad en el frente.

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