Venezuela con la frente en alto

Mendoza.- Debió definirse antes, pero todo quiso que llegaran a los penales. Allí el favorito volvía a ser Paraguay, pero Venezuela se jugó su chance. No se pudo, pero se estuvo muy cerca. La vinotinto fue un orgullo y se merecía esta otra crónica a continuación: un 20 de julio en 1969, el hombre llegó a la luna. En ese día de 2011 Venezuela clasificó a la final de la Copa América en Argentina.

Una gesta es comparada con otra porque el salto de la tierra al espacio es como el salto de calidad que la vinotinto dio en este torneo.

Es una hazaña, una proeza y sólo se puede aplaudir de pie hasta que las manos se tiñan de sangre vinotinto.

Costó llegar allí hasta la última gota de sudor. Se había dicho en la previa que ante Paraguay había que saber sufrir y la selección nacional supo machacarse en cada minuto y aliento del partido.

No bastaron 90 minutos para conseguir darle una patada a la puerta de la historia. Con un gol anulado a Oswaldo Vizcarrondo en el primer tiempo. Sin Tomás Rincón y con el capitán Juan Arango quebrado del dolor, fue José Manuel Rey quien tomó el mando de Venezuela.

Entró sustituyendo a Grenddy Perozo, quien salió en el primer tiempo cojeando adolorido en su pierna derecha. Rey puso la autoridad que le dan sus más de 100 partidos con esa camiseta vinotinto que ayer se puso para pelear por Venezuela.

La cancha del estadio Malvinas Argentinas no fue plana para la selección. Batalló en una cuesta empinada por el favoritismo de la mundialista Paraguay y de los errores arbitrales del mexicano Francisco Chacón. Pero supo mantenerse entera, firme y con la cabeza despejada.

Los palos que ante Chile fueron benévolos con Venezuela ayer le negaron goles a Alejandro Moreno, Arango y Miku Fedor.

Todo terminó a los golpes porque los paraguayos volvieron a burlarse de Venezuela. "A casita", dijo Ortigoza a los jugadores criollos. Venezuela hace tiempo aprendió a perder, otros no saben ganar.