Y a lucha democrática
Llamado a la unidad
La fiesta del aniversario de El Nacional ha sido siempre una convocatoria no solamente para los leales amigos del periódico sino también para todos aquellos venezolanos que aprecian la tolerancia, la convivencia y la necesidad de vivir en paz. El aniversario de este diario no promueve la discriminación ni divide a los ciudadanos, al contrario, es un escenario democrático donde todos pueden manifestar sus ideas y decir sus propias verdades.
Por eso siempre llama la atención el hecho de que los presidentes de la república se abstengan de acudir a un acto que es abierto y espontáneo. Hace ya más de una década que a las fiestas de El Nacional no acuden los ministros ni los principales representantes de los poderes públicos. Es como si se le tuviera miedo a la opinión pública.
La verdad es que la gente se pregunta qué tanto temor se le tiene en el Gobierno a estrechar la mano de la gente del pueblo, de los intelectuales, de los economistas, de los profesores de educación media y de las universidades, de los médicos y enfermeras, de los estudiantes y de los obreros y empleados públicos que llegan a la sede de El Nacional a expresar su apoyo al periódico como órgano que recoge sus protestas y da a conocer sus exigencias.
En ningún momento quienes acuden a la recepción aniversaria de El Nacional se comprometen con una línea política o ideológica porque este diario nació para fomentar y ampliar los espacios democráticos. Este periódico lo que rechaza y rechazará siempre es el nazismo, el fascismo, la discriminación racial, las dictaduras de todo tipo y la persecución contra las personas basadas en el fanatismo religioso. Ayer nuestro presidente editor, Miguel Henrique Otero, se expresó claramente sobre lo que El Nacional desea como un posible futuro para una nueva Venezuela. Dijo MHO que la fecha del Bicentenario de la Independencia era propicia "para que estudiantes, docentes y cualquier interesado aumenten y profundicen sus conocimientos de la Historia de Venezuela. Ha sido también la ocasión para que historiadores de profesión, investigadores y especialistas sometan a la crítica algunas de las tesis vigentes y propongan nuevas interpretaciones de aquellos hechos fundamentales".
Advirtió nuestro editor que "no han faltado quienes han pretendido usar la fecha para insistir en plantear aquellos complejos momentos, como si los mismos pudieran explicarse de modo suficiente con el parámetro de la lucha de clases, lo cual ha obligado a los teóricos marxistas a desconocer el papel que las élites tuvieron, no sólo durante los días de julio de 1811, sino desde tiempos atrás, por décadas y décadas".
Y esta afirmación la siente la gente a cada momento cuando, para justificar cualquier arbitrariedad o violencia contra las instituciones, se apela al pensamiento de Bolívar para darle vigencia y autoridad a lo que no es más que un bando militar, como si la sociedad se hubiera convertido en un cuartel.
Por eso siempre llama la atención el hecho de que los presidentes de la república se abstengan de acudir a un acto que es abierto y espontáneo. Hace ya más de una década que a las fiestas de El Nacional no acuden los ministros ni los principales representantes de los poderes públicos. Es como si se le tuviera miedo a la opinión pública.
La verdad es que la gente se pregunta qué tanto temor se le tiene en el Gobierno a estrechar la mano de la gente del pueblo, de los intelectuales, de los economistas, de los profesores de educación media y de las universidades, de los médicos y enfermeras, de los estudiantes y de los obreros y empleados públicos que llegan a la sede de El Nacional a expresar su apoyo al periódico como órgano que recoge sus protestas y da a conocer sus exigencias.
En ningún momento quienes acuden a la recepción aniversaria de El Nacional se comprometen con una línea política o ideológica porque este diario nació para fomentar y ampliar los espacios democráticos. Este periódico lo que rechaza y rechazará siempre es el nazismo, el fascismo, la discriminación racial, las dictaduras de todo tipo y la persecución contra las personas basadas en el fanatismo religioso. Ayer nuestro presidente editor, Miguel Henrique Otero, se expresó claramente sobre lo que El Nacional desea como un posible futuro para una nueva Venezuela. Dijo MHO que la fecha del Bicentenario de la Independencia era propicia "para que estudiantes, docentes y cualquier interesado aumenten y profundicen sus conocimientos de la Historia de Venezuela. Ha sido también la ocasión para que historiadores de profesión, investigadores y especialistas sometan a la crítica algunas de las tesis vigentes y propongan nuevas interpretaciones de aquellos hechos fundamentales".
Advirtió nuestro editor que "no han faltado quienes han pretendido usar la fecha para insistir en plantear aquellos complejos momentos, como si los mismos pudieran explicarse de modo suficiente con el parámetro de la lucha de clases, lo cual ha obligado a los teóricos marxistas a desconocer el papel que las élites tuvieron, no sólo durante los días de julio de 1811, sino desde tiempos atrás, por décadas y décadas".
Y esta afirmación la siente la gente a cada momento cuando, para justificar cualquier arbitrariedad o violencia contra las instituciones, se apela al pensamiento de Bolívar para darle vigencia y autoridad a lo que no es más que un bando militar, como si la sociedad se hubiera convertido en un cuartel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.