Actualmente las cosas vienen de una manera más plantificada
a través de tres leyes que, sepultarán definitivamente la propiedad y las
empresas privadas. Edulcoradas como leyes de apariencias reivindicativas y por
su contenido son confiscatorias. La Ley del deporte, quizás da un poco mas de
participación a las bases en la escogencia de sus dirigentes y federaciones,
pero igual termina con el deporte profesional y otras actividades rentables, tal
vez esta parte de la ley no se apruebe de inmediato porque Chávez en la
actualidad anda a la caza de los votos de la clase media, y quitarle su
pasatiempo favorito en tiempos electorales no seria conveniente; pero la amenaza
estará allí como espada de Damocles para que en cualquier momento entre
vigor.
La ley de
costos y precios justos, será la gran tragedia cuando no sólo termine de alejar
la inversión privada sino cuando intervenga directamente a las empresas,
injiriendo en sus estructuras de costos y trazando situaciones insostenibles. No
habrá libre empresa ni competencia y la economía estará sujeta a los dictámenes
del régimen, sin aparentar una intervención directa, sino un acto de justicia
social que acabará con la especulación y el alto costo de la vida. Consecuencia
de esto, tal vez aparecerá un mercado negro para transar algunos bienes y
escarparán las importaciones como ocurre con nuestra ya famosa economía de
puertos. No producimos nada y todo lo traemos del exterior, privilegiando al
productor aledaño y no al nacional. De esta manera morirán los últimos vestigios
de las empresas privadas en aras del comunismo.
La ley de
alquileres, aparentemente se trata de algo justo para proteger al inquilino,
pero no es así, en Venezuela dejó de ser negocio las transacciones
inmobiliarias, cuando toda la “razón” se traslada al inquilino, y el propietario
queda a la intemperie sujeto a que no le paguen ni le devuelvan su inmueble.
Súmenle a eso que en adelante no se permitirá ni siquiera deposito en los
contratos de alquileres, y ellos estarán controlados por los consejos comunales
y los organismos de inquilinatos, que establecerán los cánones y condiciones del
alquiler o la venta. Son leyes nada nuevas que vienen catapultándonos hacia el
comunismo como legalizándolo ante la mirada impávida de la gente, que la mayoría
de las veces no le pone atención a las cosas importantes, y pareciera se van
acostumbrado al infortunio; así como caminan de supermercado en supermercado
buscado azúcar u otro producto de escasa comparecencia, o mirando en lontananza
a la espera de una de las casas prometidas por el Comandante.
Lo cierto es
que las leyes están allí, unas aprobadas y otras en proceso de estarlo y el
comunismo en nuestro país será un hecho “legal” a pesar que Chávez
haya cambiado su look y su eslogan Patria, socialismo o muerte por un
eufemismo. Pensando que las enfermedades las curan los rezos impíos y los curas
comunistas. Pues lo sustantivo para la disidencia deberá ser priorizar en las
elecciones, conociendo que tenemos un contrincante comunista con el patrocinio
de los cubanos; si él se impone, unido a estas tres leyes pronto
seremos un Estado comunista “legal” por vocación y por sufragio
popular.
@falar04
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