
En sus ultimas apariciones, Chávez habla y balbucea con
desesperación como si quisiera desaparecer todo a su alrededor; manifestando una
incontinencia desordenada que se genera en lo más hondo de su ser. Como si la
vida se le fuera en cada palabra que suelta ¿Será el lenguaje de la despedida?
Que lo lleva a incurrir en tantas groserías junto a sus ministros, cuando en
Venezuela todavía existen familias y gente decente que no comulga con este
repertorio escatológico. Eso de arrogarse la jerigonza del malandro no creo que
les de réditos electorales a los camaradas, contrariamente los desdibuja de la
idiosincrasia nuestra.
La desmoralización de un individuo no debe ser el
calvario de todos los chavistas. Las amenazas y las pretensiones de devastar lo
que queda de Venezuela en el corto plazo, son las patadas de un ahogado hundido
en su propio fracaso, viendo cómo la misericordia lo va abandonando. Hasta
Cristo condena cuando los mortales quebrantan las leyes naturales y se burlan de
la desgracia ajena. Dante, recogió esas pasiones en su obra magna, pues debe
haber infierno para quienes osen contra todo principio de la justa convivencia,
y el camino de la indulgencia para quienes entreguen sus vidas a la caridad y
concordia.
Así, el mundo siempre anduvo antes de que aparecieran los adefesios, que
también existieron primitivamente pero en menores proporciones, y no constaba el
marxismo ni se hablaba del comunismo, sino del pecador y pecado como normas de
vida, sin la necesidad que visitáramos a diario a las iglesias, o nos diéramos
golpes de pecho. Aludía Shakespeare aquella providencia, que no sabemos si
divina, para que sucedieran las cosas mas cotidianas, en este mundo simple y a
la vez complejo, cuando se confunden las compresiones y discrepancias, cuando un
abjuro reza y llora ante el Señor buscando la complacencia que no supo cultivar
en su gloria. El ser humano es extraño cuando se lamenta ante la cercanía de la
muerte, reconfortante e inmanente, amiga de todos los mortales, que con fuerzas
corrientes se encarga entre otras cosas de recoger a los difuntos. Por qué tanta
desesperación del oficialismo si unas elecciones conciernen a este universo, y
para quienes estén en posesión de la vida, sin ir tan allá irrogando ofensas y
amedrentando a los demás. Cosa que antes nunca habíamos visto en los anales de
nuestra historia, en qué cabeza cabe crear un comando antigolpe, violentando la
paz, presumiendo de la mala fe de los electores, o atribuyéndose la seguridad
con el deseo infinito de permanecer en el poder, y estimulando a su vez el
terror, cual no beneficia a ninguno en un país que se halla confinado en una
tragedia. Mirando discurrir una supuesta revolución en la vorágine de trece años
de destrucción. Qué será lo que quieren los chavistas insuflando más odio y
entonando una terminología despreciable contra los venezolanos. No les basta con
sus ya habidas riquezas y derroches. No observan la dinámica del mundo actual,
que hasta las propias leyes del ecosistema obran contra los seres, cuando causan
irreparables daños al medio. No todo es olvido, han transcurrido trece años de
inanidad pero también se han ido abultando los difuntos, los presos políticos,
los exiliados y muchas cosas que podemos señalar. Acaso, no es suficiente con
eso, para pretender llevarse antes de partir lo poco que queda de esta patria.
Terriblemente se ausentará con ese lenguaje de la despedida, en vez de invocar
la fraternidad y la buena voluntad de los hombres, y mujeres que moran en esta
Venezuela herida y sangrante. Cuando la magnanimidad se impone por encima de
cualquier animo de fanatismo y hecatombe. Son tiempos de reflexión para los
compatriotas, estamos aún con posibilidades de continuar subsistiendo en una
nación donde quepamos todos y desenterremos los recursos para nuestro sustento y
mejora.
@falar04
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